miércoles, 21 de marzo de 2012

LA NEGRA Y LA TEMPESTAD


La negra y la tempestad

Tenía que  ir a trabajar a Resistencia y sobre Corrientes caía una Tempestad, similar a la que me imagino cuando leo la descripta por  Shakespeare en su obra.
La música es esencial para mí, y adquiere máxima relevancia cuando manejo. En un volumen que me permita disfrutar a mí, sin desatender el vehículo, el tránsito, ni perjudique a nadie.
Mis compañeros de ruta indefectiblemente son la negra Mercedes Sosa, Ramona Galarza, León G. y Amadeus. Pero sobre todo la negra. Casi siempre ella. Me gusta conectarme con la tierra, sentir su voz, sus susurros, su vibración, su piel. No me gusta la música en vivo, a excepción de los discos grabados por ella, porque puedo escuchar sus conversaciones con la gente, sus reminiscencias, sus giros, sus indicaciones a los músicos. (Me es difícil entender, aquí en Argentina a una persona a la cual no le guste ni le conmueva la negra, es como de otro satélite para mí, vivimos en mundos diferentes. Pero a cada uno libertad)
¿Qué iba a escuchar con semejante tempestad, cuando parecía el cielo se había abierto sobre Corrientes, y con tanta agua se borraban los límites del mismo con la tierra?. Claro, a mi amiga del alma, entrañable, tierna, afable.
Quiero transmitirles esta experiencia porque quiero aconsejarles, si no es de mala educación aún, con tempestades tanto meteorológicas,  como internas, escuchen a la negra argentina. Con relámpagos y agua a cántaros, la negra cantando “Balderrama”, (del Chuchi Leguizamón y nuestro exquisito poeta Manuel Castilla), es como si la paz de los cerros norteños te habitara, como si nuestra llanura te mirara para infundirte serenidad, bienestar y esperanza. La negra logra para mí que el inmenso Paraná siga tranquilo su curso, tempestad mediante. Argentina canta en la voz de la negra. Torrentes, cubos de agua, y todo el cielo abierto no pueden ni siquiera empalidecer la voz de la negra. No hay porque temer cuando la negra canta: “Cuando tenga la tierra” de Daniel Toro. “Cuando tenga la tierra le pondré la luna en el bolsillo, y saldré a pasear con los árboles y el silencio…”
La inmensidad de las pampas argentinas son tuyas negras, su existencia de plata y arena está en tu voz. Y yo quiero siempre poder perderme en tu corazón. 

Prof. W. Olvano Feü
Ciudad de Corrientes.
21/03/2012

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