La
negra y la tempestad
Tenía que ir a trabajar a Resistencia y sobre
Corrientes caía una Tempestad, similar a la que me imagino cuando leo la
descripta por Shakespeare en su obra.
La música es esencial para
mí, y adquiere máxima relevancia cuando manejo. En un volumen que me permita disfrutar a mí, sin desatender el
vehículo, el tránsito, ni perjudique a nadie.
Mis compañeros de ruta
indefectiblemente son la negra Mercedes Sosa, Ramona Galarza, León G. y
Amadeus. Pero sobre todo la negra. Casi siempre ella. Me gusta conectarme con
la tierra, sentir su voz, sus susurros, su vibración, su piel. No me gusta la música en vivo, a
excepción de los discos grabados por ella, porque puedo escuchar sus
conversaciones con la gente, sus reminiscencias, sus giros, sus indicaciones a
los músicos. (Me es difícil entender,
aquí en Argentina a una persona a la cual no le guste ni le conmueva la negra,
es como de otro satélite para mí, vivimos en mundos diferentes. Pero a cada uno
libertad)
¿Qué iba a escuchar con
semejante tempestad, cuando parecía el cielo se había abierto sobre Corrientes,
y con tanta agua se borraban los límites del mismo con la tierra?. Claro, a mi
amiga del alma, entrañable, tierna, afable.
Quiero transmitirles esta
experiencia porque quiero aconsejarles, si no es de mala educación aún, con
tempestades tanto meteorológicas, como
internas, escuchen a la negra argentina. Con relámpagos y agua a cántaros, la
negra cantando “Balderrama”, (del Chuchi Leguizamón y nuestro exquisito poeta
Manuel Castilla), es como si la paz de los cerros norteños te habitara, como si
nuestra llanura te mirara para infundirte serenidad, bienestar y esperanza. La
negra logra para mí que el inmenso Paraná siga tranquilo su curso, tempestad
mediante. Argentina canta en la voz de
la negra. Torrentes, cubos de agua, y todo el cielo abierto no pueden ni
siquiera empalidecer la voz de la negra. No hay porque temer cuando la negra
canta: “Cuando tenga la tierra” de Daniel Toro. “Cuando tenga la tierra le pondré la luna en el bolsillo, y saldré a
pasear con los árboles y el silencio…”
La inmensidad de las
pampas argentinas son tuyas negras, su existencia de plata y arena está en tu
voz. Y yo quiero siempre poder perderme en tu corazón.
Prof. W. Olvano Feü
Ciudad de Corrientes.
21/03/2012
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